Asmita de Virgo, mi inspiración para volver a escribir.
¿Cómo sería posible que me sumergiera al fanfiction? La respuesta tiene tres palabras: Asmita de Virgo.
Era el año 2007 cuando buscaba imágenes de Saint Seiya para una portada de una revista que serializaba con mis amigos online. Quería algo oficial, así que me sumergí en la enorme biblioteca de Google para revisar las imágenes y encontrar algo de calidad que me permitiera editar una buena portada para Manganimart. Entonces me encontré con el trazo de Shiori Teshirogui, mangaka que, avalada por Masami Kurumada, escribía un Spinoff. ¿Su nombre? Saint Seiya The Lost Canvas.
Para los que crecimos con la versión de Saint Seiya (Caballeros del Zodiaco como llegó a conocerse en la TV abierta de Venezuela), el poderío de los santos de oro era ineludible. Los poderes y la elegancia de sus pasos cuando aparecían en escena fueron capaces de entusiasmar a todo adolescente que se preciara de verla en la programación vespertina. Y, por lo general, buscábamos sentirnos afín a nuestros signos. Tuve la fortuna de haber nacido en Septiembre bajo Virgo, porque eso significaba tener a uno de los más poderosos caballeros dorados. Si no el mejor (inserte aquí el debate eterno por los siglos de los siglos de Saga vs Shaka).
Shaka de Virgo, sin lugar a duda, es uno de los personajes que ha levantado pasiones en el fandom de Saint Seiya desde la serie original. Así que, cuando supe que Teshirogi estaba trabajando en una precuela y que esta daba mayor protagonismo a los santos dorados, no demoré en buscar más información y ponerme al día.
¿Qué fue lo que me gustó de Asmita de Virgo?
Teshirogi logró con maestría armar un escenario fatídico para un sacrificio loable. Quizás son todos esos elementos que rodean la vida de Asmita como predecesor de Shaka de Virgo lo que le da un aire sentido y conmovedor.
Asmita, a diferencia de Shaka de Virgo, no es un personaje que se enfrente a grandes adversarios. De hecho, solo lo vemos combatir dos veces (en el gaiden que se liberó tras el final de la serie y contra Tenma de Pegasso). A este personaje lo respalda una gran construcción.
Al contrario de Shaka de Virgo, que seguía ciegamente el gobierno de control que Saga de Géminis instaura (sin saber quién era realmente); Asmita de Virgo cuestionaba a la misma diosa encarnada. No obedecía sin preguntar, buscaba comprender la situación y las motivaciones para escoger su lugar en la guerra. Los soldados, por lo general, son presentados en el universo de Saint Seiya como seres que siguen a un bien común sin pensarlo demasiado. Asmita de Virgo es de los pocos que rompen ese molde. Es un hombre analítico y empático que busca la respuesta a sus preguntas porque su mayor ideal es encontrar su destino. Él sabía qué debía hacer, pero no sabía si valía la pena hacerlo.
Y esto es debido a su condición: es ciego. Es un ser poderoso y es ciego de nacimiento, algo que lo hace más humano que Shaka que se presentaba como un dios todopoderoso. Asmita sabía qué era el dolor, porque lo había vivido en carne propia (a diferencia de Shaka). Sabía qué era la pobreza, el hambre, la injusticia porque la había vivido en su piel. Es eso lo que moldea una personalidad rebelde y meticulosa con la que Asmita se mueve en los pocos capítulos que tenemos.
Él se presenta con la fachada de un dios porque intenta serlo, pero muy dentro sabe que no es más que un mortal.
La impresionante naturaleza de su sacrificio.
Asmita de Virgo apenas dura un tomo de Lost Canvas y luego hay varias menciones en el avance de la historia, sobre todo recuerdos por parte de Tenma de Pegasso, ya que fue uno de los caballeros que más influyó de forma positiva en él como protagonista. Además, tiene un tomo extra dedicado a sus inicios que lo considero como el mejor de los 16 tomos que liberó Shiori tras el final. Pero lo importante de su participación es su importancia en la historia. Prácticamente, sin el rosario de 108 cuentas, la guerra contra Hades hubiera sido más sanguinaria y con menos posibilidades para el ejército de Athenas.
Sin embargo, con muy pocos elementos, Shiori nos preparó para una de las muertes más triste de la serie: nos mostró la desconfianza que había alrededor de Asmita, el rechazo por su lugar de origen, su creencia y su personalidad introvertida. Uno de sus compañeros, Hasgard de Tauro, lo describe como un traidor. Mientras Asmita combatía en el infierno, los caballeros cercanos a él criticaban y cuestionaban su fidelidad. Era tratado como un paria (distinto al respeto que se demostró para Shaka de Virgo), y murió con el mundo considerándolo un paria. Pocos entendieron su dolor, su tristeza, su búsqueda de verdad y las fuertes contradicciones que había en su ser en el camino a la inmortalidad. Y esa complejidad, terminó por enamorarme.
Cuando Asmita muere, el mismo Hasgard tuvo que replantearse su visión de la vida de su compañero.
Imagino la culpa que cayó sobre esos santos que hablaron en contra de Asmita sin entender su deseo de entregar su vida por el bien de todos.
La influencia de Shiori Teshirogi en mi escritura.
Sin duda alguna, me enamoré del trabajo de Shiori Teshirogi porque supo hacer algo que Masumi Kurumada, como autor original de la franquicia, no logró: dotó a sus personajes de humanidad, de contradicciones, de fuertes valores y temores que están en constante contraposición. Algo con lo que me pude sentir identificada.
Y eso me ha inspirado a escribir de ellos, a explotar sus facetas, a sacarlos del contexto de la guerra para ver esa complejidad trabajando en otros escenarios, más mundanos, más cercanos. Asmita de Virgo fue un personaje al que exploré muchas veces tanto en rol como en fanfiction; y es el protagonista original de Hijo de Payasos. Por eso notarán que varias de las obras que voy a publicar tienen a un personaje ciego, por lo general protagonista; están inspirados en Asmita de Virgo y en su increíble fortaleza que no se ve menguada por su ceguera. En su humanidad, sus contradicciones y su empatía. En esa búsqueda de verdad que tenemos todos.
Asmita encontró cuál era su destino y fue a él plenamente convencido de ello. Sin arrepentimiento, sin rencores, sin deudas. En Hijo de payasos: ¿Ambuj hará lo mismo?
Para mí, esa es una gran enseñanza.
Y tú, ¿Por cuál personaje empezaste a leer o escribir fanfition?