5 razones para el éxito de Yuri on Ice
El éxito de Yuri on Ice fue un antes y un después para muchos. Recuerdo que mi hermano me comento en broma: ¿qué clase de ritual satánico hicieron sus creadoras para alcanzarlo? Pero esta obra logró entrar a los corazones de muchos fanáticos alrededor del mundo y atrajo la atención del público a un deporte tan extraordinario como el patinaje.
¿Cuál fue su fórmula de éxito? ¿Cómo podríamos crear algo así? Yuri on Ice ha sido una fuente de inspiración constante en mis historias. Por eso quiero detallar el porqué considero que este anime tiene tanta relevancia a nivel mundial, pese a inspirarse en un deporte, hasta ese momento, bastante ignorado.
1. Documentación de lujo.
Sayo Yamamoto y Mitsurō Kubo han comentado en varias entrevistas que ellas ya eran fanáticas del deporte cuando decidieron iniciar con este proyecto. Como fanáticas, tenían información de cómo se llevaba a cabo, de sus reglas y los lugares de competición. De hecho, eran seguidoras de patinadores profesionales y estuvieron como espectadoras en varias competiciones, hasta que se encontraron y hablaron sobre la posibilidad de crear una historia basada en él. Eso no evitó que hicieran una documentación responsable del mundo del deporte, más allá de su propia pasión.
Yuri on Ice mostró un universo realista del deporte y de lo que viven sus competidores, sin uso de superpoderes ni saltos sobrenaturales inventados para darle más vistosidad. Eran los personajes enfrentándose a lo que todo atleta actual haría, y eso fue suficiente para que muchos de los competidores actuales desviaran la vista hacia él, entre los que destacan: Johnny Weir, Evgenia Medvedeva, Denis Ten, Evgeni Plushenko, Masato Kimura, Stéphane Lambiel y Nobunari Oda.
Para que comprendamos el nivel de detalle que tomaron en cuenta, el equipo de producción contrató a Kenji Miyamoto, un coreógrafo profesional de patinaje, para que se encargara de coreografiar las presentaciones de todos los patinadores de la serie. También tomaron en cuenta la historia del patinaje para dejar guiños a los más especializados y se hizo referencias a trajes de Jhonny Weir, se inspiraron en patinadores como Denny Ten y Evgeni Plusehnko e incluyeron cameos de Stéphane Lambiel y Nobunari Oda. Todo orquestado para que los fanáticos del deporte se sintieran más cercanos a la historia. Y aquellos que no fueran afines a él, se enterara de todos estos detalles alucinantes. Yuri on Ice mostró el brillo de la competición de una forma espectacular y agradó todos los frentes de su público.
2. Protagonistas atípicos a su género
En la mayoría de los spokon encontramos una formula predefinida: personajes adolescentes que quieren volverse profesionales y esperan ganar alguna competición regional. Tienen un rival que es el compañero con mejores habilidades (probablemente innatas) y un ejemplo a seguir: algún jugador más hábil o con más experiencia. La historia se desarrolla en cómo se prepara nuestro protagonista para esa competición. A pesar de que podría parecer que Yuri on Ice sigue esta fórmula, la subvierte.
El éxito de Yuri on Ice está muy atado a sus protagonistas atípicos. Primero, no son adolescentes buscando una competición regional, sino atletas profesionales compitiendo con atletas de otros países. Nuestro protagonista es un atleta de alto rendimiento que ha perdido en el Grand Prix Final, el rival es una joven promesa de 15 años que va a debutar en la categoría senior y el ejemplo a seguir es el mejor deportista en el ocaso de su carrera. Tres momentos diferentes de la carrera de un profesional, servidos en un solo lugar. No hay forma de no sentirnos identificados.
Yuuri Katsuki es un protagonista increíble, porque es muy humano. Es, de hecho, el mismo villano de la historia. Su falta de seguridad, su perfeccionismo y abstracción, son las principales trabas que le impide mostrar lo mejor de sí en las competencias. Él vive con la sensación de que su carrera acabará en cualquier momento sin los méritos que él esperaba de sí y esto se convierte en el conflicto principal de la historia.
Por otro lado, está Yuri Plisetsky, la joven promesa que quiere convertirse en el mejor, a pesar de que su cuerpo aún no ha terminado de crecer. El miedo por lo que pueda pasar cuando su cuerpo crezca lo empuja a tratar de demostrar ya mismo lo que es capaz. Y Víctor Nikiforov, la leyenda viva del patinaje, es el deportista que ha tocado las estrellas y se quedó sin inspiración. ¿Qué será de él ahora que lo ha conquistado todo?
3. Autenticidad de las autoras
Sayo y Kubo no quisieron crear un anime genérico y eso se notó en todo lo que hicieron para que el proyecto se hiciera realidad. El cuidado de los detalles, en la documentación, e incluso, en las escenas mostradas, se nota la intención de lograr un producto diferente. En varias entrevistas, Sayo confesó que la escena del capítulo 7 intentaron censurarla y no lo permitió. ¿Y hablemos de la mítica escena de Víctor saliendo de las termas y su cuerpo desnudo? Otra característica que ella prevaleció, aunque muchos pudieran llamarlo fanservice, no se puede negar el inevitable impacto en Twitter porque ese capítulo fue trending topic.
En este punto cabe resaltar la referencia en relaciones LGBT del anime. El que ellas decidieran mantener todos los acercamientos entre Víctor y Yuuri, pese a lo que la crítica pudiera decir y lo terriblemente conservador que es Japón con la homosexualidad, es otra muestra de su gran fuerza y autenticidad de su equipo. Pudieron haber declarado que eran solo amigos, pero conservaron la ambigüedad de la relación (para muchos bastante evidente) entre pupilo y entrenador, sin perder la esencia del anime. Y es por ello uno de los animes mejor valorado por la comunidad LGBT, sin que su género sea romance.
Ellas buscaron mantener su idea intacta y no caer ante las imposiciones, aún si habían conseguido transmitirse a las dos de la madrugada de Japón. Con todo en contra, siguieron su corazón e hicieron historia. Por eso, Yuri on Ice es en sí misma una historia de superación y lucha por sí misma, no solo por la trama sino por todo lo que costó llevarla a la pantalla de televisión, sin ningún tipo de garantías.
4. Excelente banda sonora
La banda sonora de Yuri on Ice ha sido uno de los grandes indicativos de su éxito. El equipo de producción trabajó muy fuerte para crear programas que estuvieran acorde a la personalidad e intención de cada personaje, y además manejara distintos ritmos. A través de la música, ellos también contaban una historia. De esa forma, la música no fue un recurso decorativo, sino algo vital.
Uno de los mejores recursos narrativos de Yuri on Ice fue el conocer más de los personajes a través de sus presentaciones. Allí podemos comprender al que solo quería divertirse, él que patinaba para contar un sentimiento o él que solo contaba los puntos. Supieron conjugar sus motivaciones y deseos, aprovechando el tiempo de cada coreografía. Todos esos detalles sirvieron mucho más que un capítulo entero dedicado a cada uno de ellos.
5. Personajes secundarios con dimensiones.
Ya habíamos comentado que los personajes secundarios no necesitaron un capítulo para desarrollarse y robarnos el corazón, pero sus apariciones hicieron lo suficiente para enamorarnos. Hay un elenco tan sólido y dispar que es imposible no encontrar la química en ellos, y eso tuvo mucho que ver en el éxito de Yuri on Ice.
Para empezar, todos los competidores eran internacionales, en distintos polos del mundo. Esto colaboró para que incluso los atletas se sintieran identificados. Y lo mejor es que no se guía de estereotipos raciales: todos son auténticos.
Cada uno de ellos tienen personalidades muy sólidas. Podemos reconocer el deseo de Phichit de disfrutar el patinaje, el anhelo de Otabek por representar a su país a pesar de sus limitaciones y la necesidad de J.J de ganar para proponerle el matrimonio a su novia. También el amor de Michelle por su hermana menor o la ambición de Seung Gil por ganar traducida en su compulsión de contar los puntos. Todos ellos tienen su momento y cada uno demuestra que está en las capacidades de competir. Es fascinante como pudieron crear personajes tan redondos en tan poco tiempo. Solo 12 capítulos para una historia tan increíble.
Hay que destacar el manejo de la competencia entre ellos: sana, fuerte, con mucho espíritu competitivo. Querían ganar, pero eran consciente de las habilidades del otro y se apoyaban entre sí. Una muestra magnifica de sana competencia.
El éxito de Yuri on Ice seguro dará de hablar por muchos años más cuando salga la película que estamos esperando o tengamos noticia de alguna nueva temporada. Pero analizar las razones nos dan buenos inicios para aplicarlos en nuestras propias historias.
Podría hablar eternamente de esta serie, pero he decidido dejarlo hasta aquí. Sin embargo, si deseas puedes leer mi artículo 5 animes maravillosos escrito por mujeres, donde además de Yuri on Ice menciono otras obras grandiosas.
¿Crees que hubo otro motivo más para su éxito?
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